martes, 15 de julio de 2014

Mi experiencia personal

Vamos a sabotear el mobbing o acoso laboral y vamos a poner a prueba la capacidad intelectual de estos individuos.

Mi arma en este caso fue callar y asentir: "Si uno no quiere, dos no discuten" y muchos jefes buscan la discusión para decir que el empleado es conflictivo, ahí está lo que no queremos: el despido procedente.

Si yo bajaba la mirada y no le contestaba, él creía que estaba consiguiendo su objetivo de cargarse a la empleada a base de humillaciones, ataques personales y menosprecio a su trabajo. Mientras tanto, yo ganaba tiempo para reunir las pruebas necesarias de su maltrato psicológico.

Una buena táctica es fingir que te afectan sus palabras, pero recuerda, sólo fingir, porque en absoluto tienen razón en sus humillaciones y jamás está justificada su actitud, que no te intenten convencer de ello.

Hay que seguir haciendo el trabajo como hasta ahora porque en realidad no han habido quejas y probablemente, su ira hacia tu persona sea porque eres correcto tratando a clientes o compañeros, cualidad de la que ellos carecen, si te fijas. Si has llegado tan lejos será por algo, no lo olvides.

Si tienes claro que eres un profesional y que es materialmente imposible hacerlo todo mal, empezarás a ver con mayor claridad esos ataques y a identificar el mobbing o acoso laboral, y aquí es donde comienza tu liberación.

En mi caso, como yo asentía siempre a lo que me decía para que me dejara en paz, pues un día me vi asintiendo ante la frase “no sabes nada” o “no tienes estudios”. ¿Quién le dice a ese personaje que refresque su memoria y se lea el currículum por el que te contrataron en la empresa? Mejor callar y asentir, lo repetía en mi interior como un mantra: callar y asentir.

No debemos explicarles su error, porque lo considerarán un ataque hacia su persona, y si lo haces de manera educada y argumentando tus palabras, no te escucharán, no porque no quieran, si no, porque desgraciadamente no son capaces de mantener una conversación: o gritan o te sueltan un mitin, pero nunca dialogan, eso implica escuchar a otra persona y ellos sólo se escuchan a sí mismos.

"Corrige al sabio y lo harás más sabio, corrige al necio y lo harás tu enemigo"

Tras decirle que sí a sus argumentos de mi ignorancia, su frustración creció porque no consiguió su objetivo, “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”

Cuando estos jefes se dan cuenta que a pesar de su mobbing o acoso laboral, tu estado de depresión brilla por su ausencia o no te has pedido la baja y sigues trabajando como siempre, aunque con la cara un poco más compungida cuando están ellos delante para que crean que te afectan sus palabras, entonces se ponen nerviosos porque no consiguen su objetivo de que te vayas de la empresa por tu propio pie y poder poner a otra persona en tu lugar con un sueldo inferior al tuyo (que no olvidemos que es su objetivo). En ese momento, acabamos de abrir una grieta en su magnífico plan poniendo a prueba su inteligencia y eso duele.

¿Mi estrategia? Jugar su mismo juego.
¿Cómo? Pues lo invertí a mi favor y me dediqué a hacer el papel que me otorgó: Érase una vez una empleada ignorante.

Entonces, cada vez que quería que le firmara un papelito de los que él llamaba “sin importancia”, le decía que tenía que consultarlo con alguien que me lo explicara porque no entendía esas palabras... Y aquí fue cuando comenzó la guerra fría.


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