lunes, 28 de julio de 2014

Érase una vez una recopilación de pruebas

Para demostrar en un futuro el acoso que estás sufriendo en tu puesto de trabajo, es necesario recopilar todas esas pruebas. 
A partir del momento en que decidimos vencer el mobbing laboral, vamos a hacer un amplio registro de lo que vamos sufriendo en el día a día.

1. Diario / Agenda
En mi caso, en la misma agenda personal recopilaba diariamente las cosas que iban sucediendo en mi puesto de trabajo: material laboral que desaparecía (ordenadores, impresoras de tickets, cajas registradoras, cajas fuertes), llamadas trampa para pillarme por ejemplo, en una mala contestación a un cliente, órdenes absurdas, nuevas funciones ridículas, llamadas fuera del horario laboral, reuniones sin previo aviso, amenazas o cuando quitaron el aire acondicionado sólo en mi habitáculo porque afectaba a los productos que había en "todo" el edificio y un largo etc. que tengo apuntadito.

Siempre llevaba encima mi agenda e iba registrando todo al momento con todo lujo de detalles, me servía para no tener que recordar después y evitar la ansiedad. Era mi "papelera de reciclaje", lo almacenaba ahí y lo borraba de mi mente para poder seguir con mi vida. Cuando lo lees al tiempo, te das cuenta de lo fuerte que puedes ser y las cosas tan extremas que han llegado a hacerte.

Escribirlo nos sirve para desahogamos y a la vez, registramos todos esos detalles que, debido a nuestro estado de ánimo, podemos olvidar con facilidad. Debemos reflejar también cómo nos afecta psicológicamente, si se nos cae el pelo, perdemos peso, no dormimos bien, no nos podemos concentrar en nuestras tareas o tenemos pérdidas de memoria, entre otras.

2. Documentos
El registro del mobbing también pasa por recopilar todos los emails y cartas que te envíen. Cada cosa que tú le quieras pedir o hacer llegar, que sea por escrito, un email por ejemplo, que queda un registro en el servidor y puedes demostrar su envío, así nunca podrá decirte que no le ha llegado. Se creen que al borrar de la bandeja de entrada el email, éste desaparece, es más, aún borrándolo del todo, el email que tu envías se mantiene guardado en el servidor, así que da igual que lo borre. Tú le has informado y podrás ausentarte de tu puesto de trabajo el día indicado.

Por supuesto, nunca le pidas permiso en los escritos que les envíes, es sólo de carácter informativo, yo siempre redactaba algo así como: "...le informo, ...le comunico, ...que el próximo día... me ausentaré de mi puesto de trabajo por tal motivo..." Siempre dentro del ámbito legal, sin agotar tus días de asuntos propios y si hay que informar con 15 días de antelación, pues mándale el escrito 20 días antes, que no haya por tu parte mala fe.

Otra cosa buena es guardar sus respuestas. Yo como nunca obtuve contestación alguna de mis superiores, pues el día que me casé no me la jugué y le informé 2 meses antes mediante un burofax, por si acaso se cree que me va a llamar estando en el altar y que voy a salir corriendo con el ramo y el velo. El burofax le sentó peor que si tuviera que pagar el convite, pero lo de mi boda tengo que contarlo en otro post porque su reacción lo merece.

Aquí aprendí que los burofaxes le sentaban bastante mal, lo legal no les gusta y el empleado con este gesto, está actuando correctamente. Les molesta que se esté dejando un registro legal de los movimientos que vamos a hacer y si no hay respuesta, pues son ellos los que no han hecho bien las cosas. A partir de ahora, lo haría más a menudo.

3. Grabar
Como mi jefe no era muy dado a contestar por escrito y siempre decía que sus palabras "se las llevaba el viento" tuve que recurrir a grabar las conversaciones privadas que tenía con él. Esto es totalmente legal mientras tú estés participando en la conversación y no tienes la obligación de informarle de que lo estás haciendo.

Y así comencé a registrar sus gritos, sus manipulaciones, sus amenazas, sus mentiras, etc. También grababa las llamadas que me hacía fuera del horario laboral, donde intentaba manipularme y si no resultaba, me amenazaba, gritaba y colgaba. Todo un ritual que valorará muy bien un juez.

El problema venía cuando estaba en la calle y me llamaba, que no podía armar todo el lío de grabar, además en medio de la calle te puede ver cualquiera. Estrategia que seguía en este caso, pues o pones una melodía que le identifiques o lo pones en un grupo que silencies mientras no estás en el trabajo, algo que no haga falta que en medio de la calle cojas el móvil para ver quién es y decidas no cogerlo, cuidado con este detalle porque este tipo de individuos son de llamarte estando en la acera de enfrente para ver qué haces, al menos, el que me tocó a mi en suerte, lo hacía.


Éstas son las 3 estrategias que seguí. Para protegernos debemos reunir pruebas desde la discreción y la prudencia, no es recomendable compartir tus métodos con compañeros, se les puede escapar. Con la familia y amigos, compártelo con aquellos que puedan entenderte y apoyarte, si en tu entorno hay alguien que en algún momento te ha dicho "seguro que no es para tanto", mantenlo al margen de tu situación y no te fuerces en explicárselo, mostrarle emails o en ponerle las grabaciones, esas son tus pruebas para denunciarlo en un futuro, no para mostrarlas como si fuera un trofeo, porque el objetivo de esto es protegerte a ti mismo, recopilar y eliminar de tu mente, recuerda: Papelera de reciclaje.

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